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La carne de cerdo es una de las carnes más consumidas ya que se considera apta para el consumo humano por sus cualidades alimenticias. Además, su demanda es extensa ya que los derivados de productos que pueden surgir del animal ha aumentado con el transcurso de los años.
Actualmente, en el país existen dos tipos de razas de cerdos predominantes sobre la población porcina: los celtas y los ibéricos, ya que han potenciado la economía de la comercialización de la carne de cerdo. A continuación, te explicamos mucho más sobre ellos.
Este tipo de cerdo es uno de los más cotizados de la industria de venta de carne de cerdo, la razón es la calidad que tienen todas las partes que son resultado del despiece del animal. Estas piezas son clave para realizar embutidos, que es la carne porcina condimentada con diferentes especias.
Los cerdos ibéricos pueden clasificarse según su dieta. De esta manera, es más fácil reconocerlos en el mercado al comprar un producto de este tipo de animal, ya que cada uno tiene un sabor diferente a pesar de ser de la misma raza.
Por supuesto, hay muchas razas que aunque no son originarias de España están presentes en el consumo de la población mundial. Son aquellos que tienen sus orígenes en los Estados Unidos, específicamente resultaron de un cruce entre los cerdos Jersey de Nueva Jersey y Duroc Nueva York.
La cantidad de grasa de esta raza lo hace ser productora de carne de muy buena calidad.
A pesar de que la podemos ver con frecuencia en España, realmente sus primeras apariciones surgieron en Dinamarca. Son unas de las razas más industrializadas debido a la facilidad para incluirse dentro del mercado doméstico y restauración.
Se puede definir a la carne que surge de esta raza como de una excelente calidad por cómo se conforma internamente, dándole al consumidor una fiesta de sabores en su boca.
El origen del animal se dio en el norte de Inglaterra.
Conocidos por ser la carne colaboradora de “la sabrosada”, embutido que se condimenta con sal, pimentón y pimienta negra y es conocido en las Islas Baleares por su exquisito sabor. Es una raza que es genéticamente compatible con los cerdos Ibéricos.
Su cuello es de una longitud pequeña y están caracterizados por tener un pelaje bastante poblado y de color negro.
El método en el cual se cría al animal es el extensivo, donde convive con otros animales en el exterior alimentándose de los higos, cereales y algunos rastrojos.
Son diversos grupos de cerdos que se reconocieron dentro de la población porcina y que se han conservado en el transcurso del tiempo. A pesar de que no son tan conocidos, aquí te hablaremos de las más importantes:
Antes de que se extinguieran esta raza pudo ser recuperada por un Instituto Francés llamado: Institut Technique du Porc francés.
Las características físicas de este cerdo son reconocibles por las orejas grandes y su piel de capa negra con manchas extensas que se distribuyen por el cuerpo.
Respecto a su evolución, han desarrollado una buena resistencia a cambios climáticos fuertes, por lo que se le compara genéticamente al cerdo ibérico. Los pocos ejemplares que existen en España se encuentran en la región de Navarra, así como también en el País vasco.
Es una raza de cerdo que, a pesar de varios intentos realizados para preservar su existencia, terminó desapareciendo.
Esta raza fue el resultado del apareamiento de raza berkshire, Leicesterm, Essex y Yorkshire. La granja modelo de Alava fue la impulsadora que hizo posible la llegada de estas especies para que saliera, como resultado, el Chato Vitoriano.
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