Riojas

Riojas

El vino de La Rioja proviene de una región privilegiada para el cultivo de las viñas, gracias a lo cual se elaboran vinos de reconocida calidad y adecuados para la crianza.

La Denominación de Origen Calificada La Rioja está situada en el norte de España, a ambas ribas del Ebro, y se divide en 3 subzonas de producción: Rioja Alavesa, Rioja Alta y Rioja Baja.

La Rioja Alavesa tiene una superficie vinícola superior a las 11.000 hectáreas y produce tintos ideales para el consumo diario (vinos jóvenes) y para envejecer en barrica de roble.

La Rioja Alta, con un viñedo de más de 20.000 hectáreas, elabora vinos de grado medio, acidez elevada, perfectos para el envejecimiento en barrica.

La Rioja Baja, con influencia de un clima mediterráneo y viñedos de cerca de 18.000 hectáreas, produce tintos de mayor graduación alcohólica.

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Características del vino de Rioja

En cuanto a especificidades del vino de Rioja, se trata normalmente de vinos de conjunción armónica. Los vinos tintos suelen elaborarse a partir de Tempranillo y sus aromas son penetrantes; los vinos rosados, por su parte, suelen ser vinos de Garnacha, perfumados y frescos al paladar; y los vinos blancos, normalmente elaborados a partir de Viura, son más bien ligeros y de graduación no muy elevada. Por otro lado, según el tipo de crianza, los vinos rioja se dividen en:

  • Joven: no han pasado por un proceso de crianza.
  • Crianza: han pasado un año mínimo en barrica de roble o seis meses si se trata de vino blanco de rioja.
  • Reserva: son vinos muy seleccionados y deben haber pasado por una crianza mínima de tres años entre barrica y botella (mínimo un año en barrica). Si son vinos blancos, el periodo es de dos años en total y seis meses mínimo en barrica.
  • Gran Reserva: a este tipo de vino se destinan solo los mejores vinos de las mejores cosechas. En el caso de los vinos tintos deben pasar dos años mínimo en barrica y tres años en botella; en el caso de los vinos blancos, el periodo de crianza son seis meses mínimo en barrica y el resto, hasta cuatro años, en botella.

Las variedades tintas más comunes para elaborar vinos de Rioja son la Tempranillo, la Garnacha Tinta, la Graciano y la Mazuelo, si bien es la Tempranillo la uva más común y destacada de la región. En blancas, las variedades más utilizadas son sobre todo la Viura, la Malvasía y la Garnacha Blanca. Cada una ellas dan como resultado vinos particulares que comparten las siguientes características:

  • Tempranillo: se trata, de lejos, la variedad más cultivada en región y ocupa más del 75% de los viñedos de la D.O.Ca. Es una variedad poco resistente a plagas, enfermedades, sequías y temperaturas altas. De ella se extraen mostos con buenos niveles de azúcar, acidez y color y puede dar tanto vinos jóvenes muy interesantes como crianzas de carácter aterciopelado.
  • Garnacha Tinta: es una variedad más resistente que la Tempranillo y su carácter queda muy supeditado a las condiciones ambientales y de producción. Así, en zonas cálidas ofrece vinos con mayor grado alcohólico y más cuerpo y, en zonas frescas, más equilibrados y especiales.
  • Graciano: se trata de una variedad autóctona que se complementa muy bien con la Tempranillo para vinos de crianza. Es una variedad aromática, con buena acidez y que produce un mosto de color rojo intenso.
  • Mazuelo: de origen francés (Carignan Noir), es una uva que necesita calor para madurar correctamente. Produce mostos con pocos aromas y de abundante color, acidez y taninos.
  • Viura: especialmente adecuada para la crianza, es una vid muy productiva y que se adapta mejor en zonas frescas, donde da vinos con acidez, agradables y de un sabor inconfundible.
  • Malvasía: es poco cultivada en la región y es sensible a la podredumbre. Sus mostos son muy característicos tanto en untuosidad como en aromas.
  • Garnacha Blanca: tal y como ocurre con la malvasía, no es una variedad demasiado cultivada en La Rioja, aunque de ella se obtienen mostos con de graduación alcohólica elevada, agradables y con una acidez adecuada.