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Curiosidades del jamón ibérico

El jamón ibérico forma parte de la cultura y de la gastronomía española, ¿quién no ha disfrutado de una buena tapa de este jamón? Es el plato estrella de nuestra cocina y hoy en día ha atravesado fronteras para que buena parte del mundo pueda disfrutar de su sabor y textura. Tiene un papel protagonista en nuestras reuniones familiares, celebraciones y eventos. Siempre está en los mejores momentos. ¿Qué curiosidades podemos contar de este delicioso manjar? Vamos allá.

¿De dónde viene?

El origen del jamón ibérico se remonta a la época del Imperio romano. Se creó por la necesidad de conservar alimentos perecederos, como la carne, durante todo el año mediante el proceso de salazón y curado. De este proceso surge la técnica que en la actualidad conocemos como curación.

Posteriormente, se convirtió en el manjar de unos pocos adinerados de la época que podían permitirse su consumo. Se cree que los primeros jamones se produjeron en las regiones de Cantabria y Cerdeña, pero lo cierto es que en España los antiguos pobladores ya conocían el proceso de crianza de cerdos, lo que formó parte de nuestra cultura gastronómica desde los primeros cocineros. Su proceso de producción fue evolucionando poco a poco para volverse más sofisticado.

En los años 60 se crearon sistemas de producción más elaborados: industrias artesanas y grandes factorías. Esto hizo que continuara, aún más, siendo un alimento valorado y un verdadero manjar para los paladares más exigentes.

Hoy en día se ha convertido en un mito, un producto valorado alrededor del mundo y, sobre todo, en un referente de nuestra cultura.

Alimento saludable

El jamón ibérico contiene una fuente enorme de vitaminas y minerales: hierro, zinc, potasio, magnesio y vitamina B, entre otras muchas. También es beneficioso para mantener una buena salud del corazón, ya que hace que los niveles de colesterol disminuyan en la sangre.

Recientemente se ha descubierto que las vitaminas y minerales que contiene contribuyen a la regeneración celular. Esto significa que ayuda a prevenir enfermedades degenerativas por su alto contenido de antioxidantes. Su combinación con el tomate hace que sus beneficios sean aún más potentes.

 

 

Además, el jamón ibérico se cura de forma natural, lo que significa que no tiene colorantes artificiales, conservantes o químicos que normalmente dañan el organismo, por lo que es un ingrediente saludable para nuestra dieta diaria. También es un alimento que favorece la digestión.

El jamón ibérico y la famosa tapa

Una de las formas tradicionales de disfrutar del sabor del jamón ibérico es mediante la preparación de una tapa. ¿De dónde surge esta tradición? Volviendo a la historia, se dice que era una forma de combinar la comida con el vino para evitar embriagarse. Esto permitía a las personas disfrutar del vino y, a la vez, de un rico trozo de jamón con pan.

Otra de las historias que se cuentan sobre las tapas dice que, en una visita del rey Alfonso XIII a Cádiz, este tomó un vino de Jerez en un bar de la zona y ordenó tapar el vino con un trozo de jamón ibérico. Desde entonces se acompaña el vino junto con tapas, que pueden ser de jamón ibérico y pan o de otras variedades. Por cierto, también se puede disfrutar un buen trozo en el desayuno acompañado con tomate y pan.

También podemos apreciar el jamón cortándolo en finas lonchas y comiéndolo directamente, pero esto es un arte ya que pocas personas saben cortarlo como se debe. Por algo cada año se celebra el concurso El Mejor Cortador de Jamón. Para disfrutar de este manjar es importante aprender, al menos, lo básico para cortarlo como recomiendan los expertos de Su Jamón.

Es interesante, también, saber diferenciar los tipos de jamón, ya que se pueden confundir fácilmente si no se conoce el proceso de su curación. El jamón serrano procede del cerdo blanco y se denomina de esa forma porque se cura en un clima seco y frío y puede ser de bodega, reserva y gran reserva. El jamón de Jabugo procede del cerdo conocido como el manchado de Jabugo y es considerado una joya porque está al alcance de muy pocos. El jamón ibérico, a veces nombrado pata negra, se obtiene de la pata trasera de cerdos de raza ibérica y debe tener un grado de pureza de al menos un 50 %. También se puede diferenciar por su textura y sabor.

En conclusión, tenemos que valorar y apreciar este manjar de nuestra cultura gastronómica que, además de formar parte de nuestra tradición, es la piedra angular de la dieta mediterránea. Si tienes dudas acerca de cómo distinguir un buen jamón ibérico, no lo dudes y contáctanos para que te recomendemos la mejor opción para ti. En Su Jamón estamos para ayudarte en lo que más nos gusta hacer: ofrecer jamón de calidad a un precio accesible. ¡No olvides dejar tus comentarios!

 

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