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La tradición del jamón ibérico tiene siglos de historia. Este tipo de jamón era famoso entre el pueblo romano, cuyos curadores comenzaban a preparar este manjar en invierno para así tenerlo listo en las fiestas. ¿Quieres saber cómo se hace una cata de jamón ibérico? Te enseñaremos cómo, pero primero, un poco de historia.
Hoy en día el proceso es más controlado, pero sigue siendo en esencia el mismo: el jamón ibérico reposa en cámaras selladas en donde se emula la temperatura de las 4 estaciones.
Para la preparación del jamón ibérico únicamente hace falta tiempo, sal y aire. Es un proceso que tarda mucho tiempo y se lleva a cabo en instalaciones especiales llamadas secaderos.
El proceso comienza a temperaturas gélidas para luego pasar a unas más elevadas y con humedad para, gradualmente, aumentar la temperatura de la cámara.
Existen tres tipos de jamones ibéricos, que se clasifican según la alimentación que tuvo el cerdo en vida.
El primer tipo jamón corresponde al de paleta, el cual se obtiene de cerdos que fueron exclusivamente alimentados con bellotas y pasto. El segundo tipo es el jamón ibérico de paleta y recebo, los cuales cumplen con la misma alimentación del primer tipo pero son alimentados también con pienso.
Los dos primeros tipos de cerdos son criados en entornos controlados, pero el tercer tipo de jamón ibérico proviene de cerdos criados en libertad, alimentados con bellotas, pasto y pienso durante toda su vida.
Esta alimentación de los cerdos determina el sabor final de su jamón. Para identificar la calidad del mismo solo debes observar el color, si es rosa pálido o tendiendo al rojo púrpura, entonces es de excelente calidad. Los cortes presentan vetas, lo cual te hará saber que ha sido preparado con la mejor calidad.
A las vetas también se le adhieren finas líneas de grasa. Existen muchos tipos de catas de jamón ibérico, pero el sabor siempre será dulce con un toque de sal y un aroma peculiar y agradable.
Para que una cata de jamón ibérico quede perfecta debes conocer las propiedades del sabor tan peculiar del jamón ibérico. Existen tres sabores principales que se presentarán en tu boca a la hora de probar un bocado de este suculento jamón, los cuales son el dulce, salado, amargo con un toque rancio casi imperceptible.
El jamón ibérico debe tener el siguiente gusto para ser de calidad:
A continuación te explicamos una serie de valores que hay que tener en cuenta a la hora de realizar una cata de este jamón. De esta manera, podrás tener siempre una experiencia más satisfactoria.
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